Los Bancos del Flushing Meadows Park
El Flushing Meadows Park, ubicado al norte de Queens, en la ciudad de New York es el segundo parque público mas grande de la ciudad de NY despues del Central Park en Manhattan.
Construido para recibir la Feria Mundial de New York de 1939, también fue la sede de la Feria Mundial de New York de 1964, donde se lanzó el FORD MUSTANG, acontecimiento histórico de la industria automotriz que catapultó la locación como un icono de la historia contempóranea.
Edificado sobre un antiguo vertedero de basura, conocido en esa época como el Vertedero de Cenizas Corona o “Corona Ash Dumps” sus terrenos originales aparecen descritos como “el valle de las cenizas” en El Gran Gatsby, la obra maestra de F. Scott Fitzgerald, publicada en 1925. Constituye uno de los grandes simbolismo de esta novela.
“Casi en la mitad del camino entre West Egg y Nueva York la carretera se une con la carrilera y corre a su lado durante un cuarto de milla, como huyendo de cierta desolada área de tierra. Es un valle de cenizas, una granja fantástica donde las cenizas crecen, como el trigo, en cerros, colina, y grotescos jardines: un valle donde las cenizas toman la forma de casas, chimeneas y humo en ascenso, e incluso, con un esfuerzo trascendente, la de hombres grises que se mueven envueltos en la niebla, a punto de desplomarse y a través de la polvorienta atmósfera. De vez en cuando una hilera de autos grises pasa reptando a largo de un sendero invisible, emite un traqueteo fantasmagórico y se detiene, acto seguido unos hombres grises como la ceniza se trepan con palas plomizas y agitan una nube impenetrable que tapa su oscura operación a la vista.
Pero encima de la tierra gris y de los espasmos del polvo desolado que todo el tiempo flota sobre ella, se pueden percibir, al cabo de un momento, los ojos del T.J. Eckleburg. Los ojos del T.J. Eckleburg son azules, y gigantescos, con retinas que miden una yarda. No se asoman desde rostro alguno sino tras un par de enormes anteojos amarillos, posándose sobre una nariz inexistente. Es evidente que el oculista chiflado y guasón los colocó allí a fin de aumentar su clientela del sector de Queens, y después se hundió en la ceguera eterna, los olvidó o se mudó. Pero sus ojos, un poco desteñidos por tantos días al sol y al agua sin recibir pintura, cavilan sobre el solemne basurero.
Por uno de los lados el valle de las cenizas limita con un riachuelo fétido, y cuando se abre el puente levadizo para que pasen las barcazas, los pa- sajeros de los trenes que esperan pueden observar la deprimente escena, a veces hasta por media hora. Siempre es necesario hacer un alto allí, por lo menos de un minuto. Gracias a esta parada conocí por primera vez a la amante de Tom Buchanan.”
Primera edición de la obra de F. Scott Fitzgerald,
publicada en 1925, con la portada realizada por Francis Cugat,
una de las más famosas cubiertas del libro moderno norteamericano.
Algunas de las edificaciones construidas para la Feria Mundial de 1939 también albergaron las primeras oficinas temporales de las Naciones Unidas desde 1946, hasta que las mismas se trasladaron a su sede permanente en Manhattan.
La “Unisphere”, concebida como el elemento escultural central de la Feria Mundial de 1964, que se covirtio en su icono, fue donada por la US Steel Corporation como “simbolo de la paz mediante el entendimiento”, slogan oficial de la Feria.
Cuando la naturaleza pinta la escena en blanco y negro, sus bancos solitarios esperan pacientemente la llegada de la primavera.
IMarie… bellos bancos… bello invierno… bellas fotos… interesantes comentarios… dan ganas de estar allí con las manos llenas de ricas y calienticas castañas!!!
Merci ma belle!
Yve
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