«Para mi, hay pocas cosas en la vida tan deliciosas como caminar en París. Tal vez caminar en New York. Pero no. París tiene algo de misterio, de historia, de profundidad, de lamentos y oscuridad, de almas pérdidas en las revoluciones y en las pestes, de decadencia nostálgica que va dejando algo en la memoria colectiva que la hace diferente y que te impregna cuando respiras su aire, aunque no lo sepas. Su atmósfera te contamina, se convierte en parte de ti. ¡Respiras la nostalgia y la vives aunque no quieras! Si no conoces París no has vivido. Y si la conoces siempre quieres vivir para regresar«. -Extracto de La Viuda Virgen –