Trabajar enfermo daña tu cerebro

 
“Estoy trabajando desde mi casa, porque estoy de reposo”.
“Tengo gripe, pero me llevo el laptop para la casa”.
 
“Me sentía mal, hice una transacción bancaria y me equivoque”.
 
“Me siento un poco mejor, así que decidí escribir el próximo capítulo de mi novela, y no se donde comenzar”.
 

¿Te suena familiar?

Pues sucede que a nuestro cerebro no le gusta trabajar cuando estamos enfermos, ya sea porque padecemos una gripe, un virus, una infección o una afección mayor.  Hacerlo, puede causar daños permanente a nuestro cerebro. 

Un cerebro enfermo es un cerebro poco inteligente, y de la misma manera que nuestro cuerpo se siente decaído, soñoliento, adolorido y sin energía, cuando estamos enfermos la habilidad de nuestro cerebro de pensar, sentir, aprender y reaccionar se ve reducida. 

Nuestro cerebro es un órgano extremadamente complejo y delicado que participa directa o indirectamente en todos los procesos corporales. Regula funciones como los latidos del corazón, el equilibrio de fluidos, la presión arterial, el equilibrio hormonal y la temperatura del cuerpo. Es responsable del movimiento, la cognición, el aprendizaje, la memoria, las emociones humanas y, por lo tanto, de la salud en general. Necesita mucha glucosa para funcionar en óptima condiciones; nuestro sistema inmunológico también necesita grandes cantidades de glucosa para atacar la enfermedad.

Tan pronto como nuestro cuerpo detecta un elemento invasor, nuestro sistema inmunológico entra en acción y desencadena la liberación de varios tipos específicos de citoquinas, una de las cinco bases nitrogenadas que forman parte de los ácidos nucleicos o ADN. Según una investigación del Concordia College en Minnesota, USA, estas pequeñas proteínas realizan muchas funciones diferentes, pero son básicamente los mensajeros de nuestro sistema inmunológico, y alertan al sistema nervioso central de que estamos enfermo y que necesita montar un contraataque. Mientras activan las defensas de nuestro sistema inmunológico, las citoquinas también alteran la química del cerebro, explica Andrew Smith, Ph.D., investigador de salud y psicólogo de la Cardiff University en el Reino Unido. 

Las investigaciones muestran que debido a ello, nuestro estado de ánimo es uno de los aspectos que mas cambia cuando uno se enferma. Tendemos a ponernos de mal genio y experimentar algo a lo que los psicólogos se refieren como «afecto negativo», que es un término elegante para “sentirse mal sobre usted mismo y la vida en general”.

Los experimentos del doctor Andrew Smith han encontrado que la avalancha de químicos liberados para combatir la enfermedad también afectan el rendimiento mental, específicamente el estado de alerta y el tiempo de reacción.

Revelan que la capacidad de nuestro cerebro para sintetizar información verbal también flaquea. Los cambios en la actividad de los lóbulos frontales del cerebro pueden ocasionar problemas con nuestras funciones psicomotoras, que incluyen coordinación, fuerza, velocidad y equilibrio. 

También hay evidencia de un experimento de la Southampton University  en el Reino Unido,  de que estar enfermo confunde la capacidad de nuestro cerebro para almacenar nueva información y recuerdos. Si bien las personas sometidas al experimento obtuvieron buenos resultados en la mayoría de las pruebas de memoria, su rendimiento se vio afectado cuando se trataba de repetir tareas que habían aprendido mientras estaban enfermos. Esto significa que estudiar o aprender una nueva habilidad mientras estamos enfermo no es muy recomendable.

Además de curar nuestro resfriado con mucho descanso y bastantes líquidos, los estudios indican que no hay mucho que se pueda hacer para compensar la desafortunada fuga de inteligencia asociada con la enfermedad. Pero al menos en lo que respecta a su estado de alerta, Smith ofrece una solución simple: cafeína. Su investigación muestra que un poco de café u otra bebida con cafeína puede ayudar a agudizar su cerebro incluso cuando no se encuentra bien.

A pesar de la preocupación que nos puede causar el reposo por una gripe u otra enfermedad, el quedarse en casa y descansar hasta estar totalmente restablecido es importante, porque según el University of Mississippi Medical Center en USA, tratar de apresurar nuestra recuperación  puede exacerbar los síntomas y retardar nuestra total curación. 

Así que ya sabes, la próxima vez que estes enfermo, no trabajes, duerme todo lo que puedas, y cuanto mucho y a raticos lee una buena novela, mejor poesía, y deja los ensayos para otro día. 

¡Tu cerebro te lo agradecerá!


Comparto esta interesante entrevista al Dr. Bruce Lipton.

Bruce Lipton es un doctor en biología celular y uno de los pioneros en investigaciones de epigenética. Estudio en la Universidad de Virginia en Charlottesville (1971).

Aunque muy controvertido dentro de la comunidad científica, no se trata de un gurú, ni de un pseudocientífico. Lipton impartió clases de Biología Celular en la facultad de Medicina de la Universidad de Wisconsin y más tarde desarrolló estudios pioneros de epigenética en la facultad de Medicina de la Universidad de Stanford que lo llevaron al convencimiento de que nuestro cuerpo puede cambiar si reeducamos nuestras creencias y percepciones limitantes. Afirma que “los pensamientos curan”. Aquí les dejo una interesante entrevista a ver que le parece su teoría. 

Labios rojos

La pintura de labios roja tiene una fascinante y milenaria historia; un devenir que nos lleva a la civilización egipcia donde la utilizaba la elite y a la Antigua Grecia donde era un privilegio de las hetairas, la clase más alta de las prostitutas, que eran mujeres libres e intelectuales que podían escoger a quién ofrecer sus servicios.  

El primer registro de uso de tintura roja en los labios nos lleva a la reina de los sumerios Puabi Ur-Nammu de la antigua Mesopotamia, 2500 años antes de Cristo, quien aparecía con los labios enrojecidos en las pinturas descubiertas en su tumba por el arqueólogo británico Leonard Woolley entre 1922 y 1934; también a Cleopatra, la última reina egipcia de quien se dice que trituraba escarabajos y hormigas para obtener el tono exacto del rojo sangre que deseaba para sus labios y quien murió en Alejandría, Egipto en el año 30 a.C..

George Gower, óleo, 1588

En el siglo XVI destaca la reina Isabel I de Inglaterra, famosa por su obsesión con el maquillaje blanquecino y sus labios rojos, quien creo un estilo icónico en su corte. 

Pero en esas épocas era un suicidio pintarse los labios, pues la primera tintura roja de labios que ha sido documentada estaba elaborada de rocas rojas pulverizadas y carbonato de plomo blanco.  

Según la revista francesa ELLE el término “beso de la muerte” surgió debido a la mezcla del fucus-algin, yodo y bromo manita, una mezcla altamente tóxica que se usaba comúnmente para hacer la tintura rojo para los labios y que era potencialmente fatal si se usaba con frecuencia. 

Afortunadamente, con el transcurrir de los años y debido a su popularidad, la pintura roja para los labios comenzó a elaborarse con tinturas basadas en plantas hasta que su fórmula evolucionó, en los tiempos modernos, a componentes como la cera de abeja y el aceite de castor.

Con la llegada del siglo XX surge el tubo de metal cilíndrico para el lápiz labial, que hasta ese momento, venía envuelto en papel de seda.  Con ello, millones de mujeres tuvieron acceso a este atrevido cosmético, en una era en que estaban más expuestas que nunca a la opinión pública debido a surgimiento de los  movimientos femeninos en la lucha por derechos civiles igualitarios. En ese momento se convirtió en un ícono de la lucha social.


Entre las muchas historias relacionadas con el labial rojo, destaca la de Elizabeth Arden, a los 30 años de edad, cuando en 1915 y en apoyo al movimiento pro-sufragio femenino, entregó cientos de pinturas de labios rojas a las mujeres que marcharon frente a la puerta de su salón recién inaugurado en la Quinta Avenida de New York.



Pero de todas las historias relacionadas con el devenir de la pintura de labios roja, siento una especial fascinación por la de Winston Churchill, primer ministro del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial.


Beauty is Your Duty

El Primer Ministro inglés acuñó el eslogan “beauty is your duty”: la belleza es tu deber. La consigna no tardó en convertirse en un acto de compromiso patriótico inapelable, reforzado por la edición británica de la Revista Vogue. A pesar de que, durante la II Guerra Mundial, el Reino Unido paralizó la producción de cosméticos en aras de actividades más urgentes, Churchill decidió hacer una excepción con el lápiz de labios rojo, al afirmar que su uso “levantaba la moral de la población”. En medio de la confrontación, con la gente sufriendo por la contaminación ocasionada por las armas químicas y atravesando un largo periodo de enfermedades, el pintalabios fue considerado producto de primera necesidad. Mientras que la gasolina, el azúcar, los huevos y otros productos eran racionados, los labiales se repartían a las mujeres británicas con la misma frecuencia que la harina. 

El Premier británico pidió a las mujeres que usaran el pintalabios para levantar el ánimo de sus esposos, quienes, como soldados, combatían en la guerra. Así, ellos además de luchar con ímpetu, mantendrían la esperanza de poder volver a casa para reencontrarse con sus bellas esposas. 

Una razón más que motivo a Churchill para promover el uso del lapiz labial rojo, fue el odio público y notorio que Adolf Hitler demostró por cualquier tipo de cosmética. 

“Eran vidas ordinarias impactadas por acontecimientos extraordinarios. Si cada parte de su existencia era intervenida por el gobierno, la apariencia era lo único que ellas podían controlar”.

Laura Clouting – historiadora
Ministry of Information Photo Division, UK, 1941 / Imperial War Museums – IWM/Getty Images

Gráficas: Archivos Revista Vogue, 1941 – Portada Mademoiselle, 1945. Foto Fritz Henle/ Condé Nast vía Getty Images

Publicaciones de moda y firmas cosméticas se sumaron al reclamo del eje aliado. Elizabeth Arden creó un kit de maquillaje para las mujeres de la marina estadounidense que hacía juego con sus uniformes. Helena Rubinstein ideó tonos de lapiz labial y sombras con nombres como, Rojo de Regimiento, Rojo Comando y Rojo Combatiente.

 “Ningún labial, ni el de nuestra firma ni el de ninguna otra, va a ganar la guerra. Pero simboliza una de las razones por la que estamos peleando… el preciado derecho de las mujeres a lucir femeninas y hermosas, bajo cualquier circunstancia”, afirmaba la campaña publicitaria ‘Guerra, mujeres y pintalabios’ de la marca Tangee.

Ejército americano, 1944, Getty Images

La anécdota histórica de Bergen-Belsen

La relevancia del pintalabios, en tiempos de crisis, queda evidenciada en la anécdota contada por el teniente coronel británico Mervin Willet Gonin, quien durante la II Guerra Mundial, tras liberar el campo de concentración de Bergen-Belsen, escribió en su diario:

«Cuando la Cruz Roja llegó al campo con una gran cantidad de barras de labios, un pedido contrario a lo que se había solicitado como prioritario… No sé quién las pidió, pero me encantaría saberlo. Fue obra de un genio, inteligencia en estado puro. Creo que nada hizo más por estas internas que esas barras de labios. Las mujeres se tumbaban en la cama sin sábanas ni camisones, pero con los labios rojos. Las veía deambular sin nada más que una manta por encima de los hombros, pero con los labios pintados de rojo. Por fin, alguien había hecho algo para convertirlas de nuevo en individuos, ya no eran solamente un número tatuado en el brazo. Por fin podían tener un interés en su apariencia. Este lápiz de labios les empezó a devolver su humanidad.”

Teniente Coronel Mervin Willet Gonin

Aunque hablar sobre maquillaje en tiempos tan duros como los que vivimos podría parecer un tema frívolo y superficial, más allá de la colaboración clave de la industria a la hora de transformar sus líneas de producción para producir mascarillas o gel desinfectante, la conocida periodista y escritora Rachel Felder, autora del libro «Red Lipstick, An Ode to a Beauty Icon«, defiende su utilidad y relevancia: “El pintalabios sube la moral, pero es mucho más que eso, en tiempos de crisis, como sucedió durante la Segunda Guerra Mundial, les aporta a las mujeres un sentido de normalidad. En estos días, en los que la gente está lidiando con el estrés, el confinamiento y la pérdida de sus seres queridos, mantener esos pequeños detalles diarios, que te hacen sentir normal, es muy importante. El pintarse los labios de rojo cada mañana te empodera”. 

Su simbolismo es tal que, a principios de este siglo, Leonard Lauder, consejero de Estée Lauder, acuñó el término «efecto pintalabios». Este indicador económico hace referencia al hecho de que la industria cosmética se mantiene inamovible e incluso incrementa sus ventas en tiempos de crisis.


Si te gusta este apasionado tema, te recomiendo el libro de Rachel Felder “Red Lipstick, An Ode to a Beauty Icon”. 

Es un compendio único, a todo color, que celebra y explora el poder perdurable y el encanto del tono de labios más icónico del mundo: el rojo. Está repleto de historias entretenidas, anécdotas, hechos poco conocidos, citas y más de 100 imágenes magníficas extraídas del arte, fotografía editorial y publicidad de belleza y moda.

Puedes encontrarlo en: AMAZON

¿Quién es Rachel Felder?

Es una periodista que escribe sobre viajes, tendencias y estilo para una amplia gama de publicaciones. Su trabajo ha aparecido en New York Times, International New York Times, Financial Times, Travel and Leisure, Departures, New York Magazine, People, Rolling Stone, Town and Country, Women’s Wear Daily y en los sitios web de Vanity Fair y The New Yorker. 

Autora de «Insider Brooklyn» (Harper Design) y «Manic Pop Thrill» (Ecco) y coautora con Reed Krakoff de «Fighter» (Viking Studio), ha aparecido en conferencias como TEDx Oxford y SxSW. Puedes seguirla en sus redes:

Gorjeo: @rachelfelder – Instagram: @rachelfelder


¡Píntate los labios!

Hábitos que dañan nuestro cerebro.

 

El cerebro es probablemente el órgano mas complejo de nuestro cuerpo. Recibe, procesa y almacena;  toma decisiones y dirige nuestras acciones con base a ellas;  es el centro del intelecto y de las emociones. Es el gran director de nuestro cuerpo y esta formado por neuronas que responden a un sinfín de impulsos. Es la casa la creatividad.

No solamente es el órgano del pensamiento, del habla y de las emociones, también es el centro de control de todo nuestro organismo. Es la “tarjeta madre” de nuestras vidas.

A lo largo de nuestra existencia está permanentemente recibiendo sensaciones, procesando y almacenando información, generando pensamientos y emociones y guardando recuerdos.

Por eso debe ser un tema de importancia para nosotros los creativos y los que desarrollamos una actividad intelectual como escritores, poetas, pintores, creativos, diseñadores y todos aquellos cuya actividad requiere de modo especial el empleo de la inteligencia.

Aqui les dejo los hábitos que mas dañan a nuestro cerebro y que debemos evitar.

NO DESAYUNAR

El desayuno es la comida más importante del día porque influye notablemente en nuestro rendimiento, resistencia y situación emocional. Durante las primeras horas del día, el cerebro asigna nutrientes para continuar “gestionando” los procesos fisiológicos después del largo ayuno al que ha sido sometido. 

CONSUMIR AZUCAR EN EXCESO

El consumo predominante de azúcares refinados, harina blanca, alimentos fritos y alimentos envasados, así como comer cantidades insuficientes de verduras, frutas y fibra, promueve una acumulación de sustancias nocivas en el cuerpo. Esto aumenta la probabilidad de desarrollar tumores, que deforman el funcionamiento del sistema inmunológico, provocando desnutrición e interfiriendo con el desarrollo neurológico.


EXPONERSE A AMBIENTES CONTAMINADOS

El cerebro necesita un suministro constante de oxígeno, pero diferentes sustancias tóxicas podrían interferir con el intercambio de gases, transporte y procesamiento de oxígeno hacia las células, lo que reduce la eficiencia cerebral. 


NO DORMIR LO SUFICIENTE

Necesitamos 8 horas de sueño por noche para que tu cerebro descanse, a fin de que los procesos metabólicos se lleven a cabo correctamente con la energía resultante producida, así como para la renovación celular. Privarse del sueño acelera la muerte de las células cerebrales a corto plazo, y te mantendrá cansado y de mal humor durante todo el día. 


COMER EN EXCESO

Comer alimentos que el cuerpo no necesita provoca una acumulación de sustancias residuales en forma de grasas y endurecimiento de las arterias cerebrales, lo que afecta su correcto funcionamiento. 


FUMAR

El hábito de fumar reduce considerablemente la materia cerebral y el suministro de oxígeno al cerebro, porque la nicotina es un sustancia vaso-constrictora. 


ABUSAR DE ALCOHOL

El alcohol puede arruinar nuestros órganos, principalmente el sistema nervioso, el hígado y el corazón. Impacta las reacciones químicas que tienen lugar en el cerebro. El alcoholismo también mata a las neuronas y reduce la velocidad con la que se transmiten los impulsos nerviosos. 


AMBIENTES VIOLENTAS O ESTRÉS PREMATURO

El estrés provoca varias reacciones al sistema nervioso, algunas de las cuales reducen la capacidad mental y también aumentan el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y ataques cardíacos. 


CUBRIR LA CABEZA MIENTRAS DUERMES

Dormir con la cabeza cubierta aumenta la concentración de dióxido de carbono y reduce la cantidad de oxígeno, lo que podría causar efectos nocivos en el cerebro. 


TRABAJAR CUANDO ESTAS ENFERMO

Trabajar o estudiar mientras estás enfermo es perjudicial, ya que la energía del cuerpo está siendo redireccionada para que logres curarte. Forzar el cerebro durante este período podría reducir la eficacia corporal, así como debilitar el sistema inmunológico  aún más.

 


¿QUÉ ES SER INTELECTUAL?

Concerniente al entendimiento o a la inteligencia. Espiritual, inmaterial.

(v. BIENES INCORPORALES.)

Llámase intelectual la propiedad de las obras del espíritu cuando adquieren representación y constancia exterior; ya sea en el papel, el lienzo, el mármol u otra materia apta para la manifestación del literato y del artista e inteligible para el público.

(v. PROPIEDAD INTELECTUAL.)

Persona dedicada por profesión o actividad referente a las letras o a las ciencias.

(v. PROFESIÓN LIBERAL.) 

 

La palabra inteligencia FUE INTRODUCIDA POR Cicerón, EL GRAN PENSADOR, ESCRITOR, JURISTA Y ORADOR romano,  PARA SIGNIFICAR EL CONCEPTO DE CAPACIDAD INTELECTUAL. 

Nació: Arpino, Italia, 3 de enero de 106 a. C.  

Murio: Formia, Italia, 7 de diciembre de 43 a. C.


 

! Asi qué a cuidar nuestro cerebro para tener una mente super creativa!

 

 

 

 

 

Trabajar enfermo daña tu cerebro

 
“Estoy trabajando desde mi casa, porque estoy de reposo”.
“Tengo gripe, pero me llevo el laptop para la casa”.
“Me sentía mal, hice una transacción bancaria y me equivoque”.
“Me siento un poco mejor, asi que decidí escribir el próximo capítulo de mi novela, y no se donde comenzar”.

 

¿Te suena familiar?

 

 

Pues sucede que a nuestro cerebro no le gusta trabajar cuando estamos enfermos, ya sea porque padecemos una gripe, un virus, una infección o una afección mayor.  Hacerlo, puede causar daños permanente a nuestro cerebro. 

Un cerebro enfermo es un cerebro poco inteligente, y de la misma manera que nuestro cuerpo se siente decaído, soñoliento, adolorido y sin energía, cuando estamos enfermos la habilidad de nuestro cerebro de pensar, sentir, aprender y reaccionar se ve reducida. 

Nuestro cerebro es un órgano extremadamente complejo y delicado que participa directa o indirectamente en todos los procesos corporales. Regula funciones como los latidos del corazón, el equilibrio de fluidos, la presión arterial, el equilibrio hormonal y la temperatura del cuerpo. Es responsable del movimiento, la cognición, el aprendizaje, la memoria, las emociones humanas y, por lo tanto, de la salud en general. Necesita mucha glucosa para funcionar en óptima condiciones; nuestro sistema inmunológico también necesita grandes cantidades de glucosa para atacar la enfermedad.

 

 

Tan pronto como nuestro cuerpo detecta un elemento invasor, nuestro sistema inmunológico entra en acción y desencadena la liberación de varios tipos específicos de citoquinas, una de las cinco bases nitrogenadas que forman parte de los ácidos nucleicos o ADN. Según una investigación del Concordia College en Minnesota, USA, estas pequeñas proteínas realizan muchas funciones diferentes, pero son básicamente los mensajeros de nuestro sistema inmunológico, y alertan al sistema nervioso central de que estamos enfermo y que necesita montar un contraataque. Mientras activan las defensas de nuestro sistema inmunológico, las citoquinas también alteran la química del cerebro, explica Andrew Smith, Ph.D., investigador de salud y psicólogo de la Cardiff University en el Reino Unido. 

 

 

Las investigaciones muestran que debido a ello, nuestro estado de ánimo es uno de los aspectos que mas cambia cuando uno se enferma. Tendemos a ponernos de mal genio y experimentar algo a lo que los psicólogos se refieren como «afecto negativo», que es un término elegante para “sentirse mal sobre usted mismo y la vida en general”.

Los experimentos del doctor Andrew Smith han encontrado que la avalancha de químicos liberados para combatir la enfermedad también afectan el rendimiento mental, específicamente el estado de alerta y el tiempo de reacción.

 

 

Revelan que la capacidad de nuestro cerebro para sintetizar información verbal también flaquea. Los cambios en la actividad de los lóbulos frontales del cerebro pueden ocasionar problemas con nuestras funciones psicomotoras, que incluyen coordinación, fuerza, velocidad y equilibrio. 

 

 

También hay evidencia de un experimento de la Southampton University  en el Reino Unido,  de que estar enfermo confunde la capacidad de nuestro cerebro para almacenar nueva información y recuerdos. Si bien las personas sometidas al experimento obtuvieron buenos resultados en la mayoría de las pruebas de memoria, su rendimiento se vio afectado cuando se trataba de repetir tareas que habían aprendido mientras estaban enfermos. Esto significa que estudiar o aprender una nueva habilidad mientras estamos enfermo no es muy recomendable.

 

 

Además de curar nuestro resfriado con mucho descanso y bastantes líquidos, los estudios indican que no hay mucho que se pueda hacer para compensar la desafortunada fuga de inteligencia asociada con la enfermedad. Pero al menos en lo que respecta a su estado de alerta, Smith ofrece una solución simple: cafeína. Su investigación muestra que un poco de café u otra bebida con cafeína puede ayudar a agudizar su cerebro incluso cuando no se encuentra bien.

 

 

A pesar de la preocupación que nos puede causar el reposo por una gripe u otra enfermedad, el quedarse en casa y descansar hasta estar totalmente restablecido es importante, porque según el University of Mississippi Medical Center en USA, tratar de apresurar nuestra recuperación  puede exacerbar los síntomas y retardar nuestra total curación. 

 

 

Así que ya sabes, la próxima vez que estes enfermo, no trabajes, duerme todo lo que puedas, y cuanto mucho y a raticos lee una buena novela, mejor poesía, y deja los ensayos para otro día. 

 

¡Tu cerebro te lo agradecerá!

 

 

La zona del silencio

Estrategias de los 10 minutos de silencio

Importantes estudios contemporáneos han demostrado que el silencio favorece el desarrollo celular en el «hipocampo». Centros de investigación de reconocidas universidades como la Duke, Harvard, Cornell  y la Università di Pavia entre otros, han demostrado que la ausencia total de estímulos acústicos tiene un efecto mayor que cualquier estímulo auditivo en los procesos cognitivos del aprendizaje, la memoria y la emoción. Con el descubrimiento de la «neurogénesis», en la actualidad los neurocientíficos se centran en descubrir qué es lo qué mejor estimula la regeneración neuronal.

Puedes saber más acerca de estas investigaciones en  «El arte del silencio» https://cronicasdeimarie.wordpress.com/2017/05/17/el-arte-del-silencio/

Continuando con este interesante tema, quiero compartir con ustedes cuáles son aquellas actividades que recomiendan los expertos para entrar en «la zona del silencio» y disfrutar de sus beneficios.

Hay muchas maneras de estar en silencio. Sólo tienes que escoger la forma que más se identifique con tu forma de ser y posibilidades.

¡Elige la tuya!


1

Siéntate en silencio

Elige una habitación tranquila y con buena luz y siéntate o estírate. Concéntrate solamente en tu respiración natural. Cuando algún pensamiento te venga a la mente, vuelve a fijarte en tu respiración. Si te resulta difícil, usa una meditación guiáda, o escoge algún mantra tibetano.  Hazlo durante 10 minutos al día. En YouTube puedes encontrar muchas meditaciones guiádas que te ayudarán.


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2

Practica Tai Chi

Busca en Internet algún video y aprende los ejercicios. También puedes inscribirte en algún programa o centro cerca de tu casa. Concéntrate en el movimiento y la respiración para fomentar la conciencia de tu cuerpo y la tranquilidad de tu mente. Si tienes otra afición como  nadar, coser, cantar, tocar el piano, también vale. Se trata de enfocar tu mente en otra cosa que no sea en tu diálogo interior y en todos los “tengo que” .


3

Camina

Caminar a buen ritmo oxigena todo tu organismo, fortalece tu sistema cardiovascular, ejercita tu corazón, despeja tu mente y fomenta la creatividad. Céntrate en el paisaje y en tu respiración. Es un excelente modo de hacer silencio.


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4

Thalasoterapia

Llena la bañera de agua caliente con sal marina. Enciende alguna luz suave, y prende una vela que puedas mirar de frente. Concéntrate sólo en mirar la llama, y en tu respiración.


5

Quiropráctica

Entrena tu sistema nervioso. Busca un espacio zen de quiropráctica y ajústate con regularidad. Aunque es algo que la mayoría de personas desconoce, ajustarse aumenta increíblemente tu capacidad de resistencia al estrés.

La quiropráctica se centra en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos mecánicos del sistema musculoesquelético, especialmente la columna vertebral, bajo la creencia de que estos trastornos afectan la salud general a través del sistema nervioso y que su corrección mejora o restaura la salud.


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6

Visualización

Escápate con tu mente. Decide un lugar donde quisieras ir y conserva esa imagen en tu mente o de portada en el móvil, en el fondo de pantalla del ordenador o en tu rincón favorito de la casa. Cada vez que sientas estrés visualiza ese lugar y respira imaginándote allí, en silencio. Imaginate y siente los sonidos, los olores, el clima, como si realmente estuvieses allí.


7

Escucha «ruido blanco»

Si en tu trabajo hay mucho ruido o los compañeros no paran de hablar; o en casa los niños han decidido hacer karaoke a todo volumen, cómprate unos audifonos y busca en Internet sonidos de lluvia, naturaleza o mar sin música y sigue trabajando. Favorecerá tu buen humor, la concentración y descansa tu mente.


Los beneficios del silencio son bien conocidos por las personas exitosas. Ajustar ciertos hábitos como levantarse antes que los demás y escoger cómo vivir tu silencio, te permitirá despertar tus sentidos tranquilamente y enfocar el día.

Son beneficios tangibles, verdaderos e inmediatos y puedes ponerlos en marcha hoy mismo para que mañana empieces tu día sin estrés y con paz interior.


Haz silencio y escucharás el murmullo de los dioses… 

Ralph Waldo Emerson

Biografía