El origen de el «Draque», como se nombró al cocktail más antiguo registrado en la historia, se le atribuye al famoso corsario inglés Sir Francis Drake. Estaba basado en una mezcla improvisada de «extraños ingredientes autóctonos».
La Leyenda del Draque… regalo de piratas
Según cuenta la leyenda, nace en 1586, cuando la flota de buques ingleses comandada por Sir Francis Drake, famoso pirata para los españoles y fiel servidor para la Reina Isabel I de Inglaterra, planeaba asaltar el Oro Azteca almacenado en las Cajas Reales de La Habana.
Pero cuentan los historiadores que, poco antes, el rey Felipe II logró advertir a su gobernador en Cuba de los planes del capitán Drake, dando las instrucciones para que la ciudad se preparara. Cuando las catorce velas piratas de Drake aparecierón frente a la costa de La Bahía, La Habana estaba preparada. Para sorpresa de todos, después de varios días de espera, el capitán Drake zarpó del puerto más rico de las Antillas sin su botín. Cuentan que la flota estaba llena de oro de otros puertos pero la tripulación estaba demasiado enferma. El capitán Drake salió de La Habana dejándola
intacta, pero no sin impactar a toda la civilización cubana y de El Caribe.
El famoso corsario se hizo clandestinamente de algunos ingredientes autóctonos como la hierbabuena, (excelente para el estomago) la lima, (para tratar el escorbuto) la corteza del árbol de chuchuhuasi, remojado en aguardiente, (una cura para la disentería) y caña de azúcar, con los cuales preparó un brebaje medicinal, que resultó tener un excelente sabor. A la mezcla que llamaron «Draque» en honor a su creador Francis Drake, se le
atribuyó la cura milagrosa de los marineros, quienes pudieron emprender su camino de regreso a Inglaterra y además saquer unos cuantos puertos más en el camino.
La palabra cocktail surge porque supuestamente a los marineros se les suministró esta mezcla medicinal con una cuchara larga que terminaba con una cola de gallo (que se traduce a cock – gallo – tail – cola).
Por el resto de su exitosa existencia, el famoso corsario convirtió en un rito tomarse un «Draque» después de cada una de sus victoriosas batallas.
Durante sus aventuras para asaltar y conquistar otros puertos españoles, la receta de su milagrosa mezcla se filtró a los nativos que se cruzaron en el camino del capitán Drake, convirtiéndose en una popular bebida.
En una crónica de la época se narra que durante una de las peores epidemias de cólera que atacó a la población de La Habana, el escritor Ramón de Paula afirmó que: «Todos los días a las once me tomo un «Draque» hecho con aguardiente y me sienta muy bien».
La historia del «Mojito» cubano
Para mediados de los 1800, un español originario de Barcelona, llamado Don Facundo Bacardí Massó, hijo de una familia de comerciantes de vino, llega a Cuba y abre su negocio de venta de licores europeos, con el sueño de crear algún día una bebida única, sofisticada y más acorde con los refinados paladares de los aristócratas y burgueses de la época.
En 1852, luego de una serie de catástofres naturales y tras una epidemia de cólera, su negocio es saqueado y se declara en bancarrota. Pero su ímpetu y la persecución de sus sueños lo llevan a invertir todo el dinero de su esposa y adquiere una destilería en Santiago de Cuba en el año 1862, fundando la hoy conocida empresa productora de ron: Bacardí. Comienza la producción del famoso ron cubano.
El ron, que se había convertido en un producto muy refinado, sustituyó al aguardiente y lo que en Cuba se conocía como «Draquecito» se rebautizó con el nombre de «Mojito». La palabra, que proviene del término africano «mojo» significa «poner un poco de hechizo» que era exactamente lo que Bacardí le estaba haciendo al ya legendario cocktail.
La primera receta escrita del «Mojito» apareció en el libro del popular cantinero español Pedro Chicote, La ley mojada, publicado en 1930, donde aparece con el nombre de «Mojito Criollo». En 1940, Federico Villoch, el periodista y empresario teatral cubano proclamó: «… cuando el aguardiente fue reemplazado por el ron, el Draque se empezó a llamar Mojito». Hoy en día, el más antiguo de los cócteles de Cuba es un ícono mundial.
¿Quién era Pedro Chicote?
Pedro Chicote, quien nació en 1899, fue un reconocido barman y restaurador español, que en 1930 creó un bar moderno tipo americano en Madrid, al que puso su propio apellido,
«Chicote». El local pronto se convirtió en el lugar predilecto de encuentro de los intelectuales, artistas, y celebridades de la época, provenientes del mundo entero que transitaban por la capital española.
La ya bien ganada popularidad de Pedro Chicote aumentó aun más cuando comenzó a escribir como colaborador para el periódico «Ahora» donde publicaba diariamente la receta de algún cocktail de los que personalmente preparaba en su bar. En su conocido libro de coctelería, La ley mojada, se publicó la primera receta escrita del ya famoso «Mojito». El popular y muy querido barman murió en su ciudad natal, Madrid, en 1977.
El mito de los «Mojitos» de Hemingway
El segundo gran momento del «Mojito» tiene nombre propio: se llama Ernest Hemingway, quien fue no solo un gran escritor, sino también un gran bebedor.
Entre los años de 1920 y 1930, durante la Ley Seca norteamericana, muchos estadounidenses viajaban desde Key West en el extremo sur de la Florida hasta Cuba, que quedaba a solo 150 kilómetros, donde podían beber a sus anchas. Entre los más asiduos visitantes a la isla estaba Ernest Hemingway, quien dicen se convirtió en un fervoroso promotor del «Mojito».
Incluso se cuenta que escribió una frase célebre en Cuba, donde recomienda en qué bar beber qué cocktail:
«My Mojito in La Bodeguita, my Daiquiri in El Floridita”.
Hoy, La Bodeguita del Medio es una parada obligada de todo turista y allí cuelga el cartel con la famosa frase, escrita a mano por Hemingway. Cartel, que muchos expertos aseguran es falso y que fue creado por los dueños del local como una estrategia de mercadeo, imitando la escritura del famoso Papa Hemingway.
Como dice el historiador de la coctelería y reconocido mixólogo David Wondrich, corresponsal de la Revista Esquire y autor de más de 5 libros: «Hemingway bebía de todo y en todos lados».
El «Sloppy Joe’s» era uno de los bares más populares para tomar «Mojitos» en La Habana. Su dueño, José Abeal Otero, era un inmigrante gallego, quien vio en la prohibición de vender alcohol en los Estados Unidos una gran oportunidad de negocio y montó su conocido bar.
Así, el «Sloppy Joe» se convirtió en el favorito de los famosos de Hollywood, que escapaban al cepo alcohólico de su propio país en la paradisíaca isla cubana. Por allí pasaron Richard Dix, Clark Gable, Spencer Tracy, Alice Faye, Tyrone Powers, John Wayne y el propio Hemingway, entre muchos otros.
El «Mojito» y la literatura
En un interesante artículo del portal web «Eater» especializado en temas gourmet y de coctelería, Philip Greene, un experto en historia de la coctelería y autor del libro sobre los hábitos de beber y libación de Hemingway titulado «To Have Another and Another», hace una interesante disertación acerca de los hábitos del famoso escritor y los mitos que lo rodean. Señala que los cócteles y las bebidas que a Hemingway le gustaban aparecían siempre mencionados en sus libros, y que el «Mojito» no aparece en ninguno de sus relatos.
Cita Greene que el «Mojito», realmente no era la bebida preferida de Hemingway, aunque si disfrutaba del famoso cocktail mientras navegaba en su yate Pilar, los cuales eran preparados personalmente por su capitán Gregorio Fuentes, que tenía su propia versión del cocktail y que llegó a llamarse «Gregorios Rx». Muchos analistas de Hemingway dicen que Fuentes y otro de sus marineros, llamado Carlos Gutierrez, fueron la inspiración para el personaje del viejo pescador Santiago de su obra El viejo y el mar.
Gregorio’s Rx
1 1/2 onzas Papa’s Pilar Blonde Rum
1 onza de sirope de miel (hecho a una proporción de 1:1 agua & miel)
1 onza de jugo de lima
4 hojas de menta o hierbabuenaAñadir todos los ingredientes a una coctelera con hielo y batir bien. Colar la mezcla a un vaso lleno de hielo. Añadir agua gasificada a la coctelera, dar una vuelta y vaciar dentro del trago.
Condimentar con menta picada chiquitica.
¿Quién es Philip Greene?
Cuando Philip Greene no está leyendo o discutiendo a Hemingway en eventos y conferencias, se encuentra en el Pentágono, a donde presta sus servicios como abogada de marcas y derechos de autor para la marina estadounidense.
Greene ha sido un admirador perenne de Hemingway. Se interesó en la coctelería mientras investigaba a sus antespasados en New Orleans, incluyendo a Antoine Amedee Peychaud, el farmaceuta que inventó el famoso Bitter Peychaud’s.
Con el tiempo Greene fue co-fundador del Museo Americano del Cocktail. Sus libros contestan, entre otras preguntas, si Papa Hemingway fue realmente el bebedor empedernido que cuentan los mitos. Puedes leer el artículo completo en este link: http://www.eater.com/drinks/2015/12/9/9880450/hemingway-mojito-havana-myth
En su libro «To Have and Have Another», el entusiasta de Ernest Hemingway y conocedor de cócteles profundiza sobre los hábitos de consumo del autor, ofreciendo docenas de recetas originales de las bebidas directamente relacionadas con las novelas del escritor, las historias, el folclore, y coloridas anécdotas sobre la vida de Hemingway.
El dólar de Liliana Lara
En nuestro ámbito latinoamericano más cercano, la escritora venezolana Liliana Lara nos ofrece un maravilloso relato relacionado con el mito de Hemingway y los «Mojitos», en su cuento El dólar que les invito a explorar en este link: https://cronicasdeimarie.wordpress.com/buenas-lecturas/
¿Quién es Liliana Lara?
Liliana Lara nació en Caracas en 1971. Es profesora de español y literatura. Sus cuentos y artículos han aparecido en diversas publicaciones periódicas y en antologías. Es autora del libro de relatos Trampa–jaula, finalista del Premio Equinoccio de Cuento Oswaldo Trejo 2012, y de Los jardines de Salomón, publicado por primera vez en el 2008 por la editorial de la Universidad de Oriente y merecedor en 2007 del premio de narrativa de la XVI Bienal Literaria José Antonio Ramos Sucre. Actualmente vive en Israel y cursa estudios de doctorado en Literatura Iberoamericana en la Universidad Hebrea de Jerusalén.