Esta especie milenaria, el rosmanirus officinalis originaria del la región meditaránea ha sido utilizada como un «ayuda memoria natural» desde los tiempos más remotos, y se le menciona constantemente a través de la historia. Hay evidencias que la práctica de usarla para estimular la memoria tiene su origen en el mundo árabe de los tiempo medievales.
En el tratado Niewe herbal de Henry Lyte de 1578, una versión inglesa del tratado francés de Rembert Dodoens de 1533, se cita: “Los árabes y sus médicos, dicen que el romero consolaba el cerebro, la memoria y los sentidos internos, y restauraba el habla, especialmente la confitura hecha con las flores y azúcar, tomada a diario”.
Shakespeare menciona el romero en Hamlet cuando Ofelia dice: “Hay romero, eso es para recordar” (Hamlet, iv. 5) y desde la época isabelina esta planta ha sido considerada como «la hierba de la memoria».
Modernos estudios científicos comprueban que efectivamente el aceite esencial de romero tiene un efecto sorprendente sobre la memoria y el cerebro.
El rol del aceite esencial de romero en la aromaterapia como agente que promueve la claridad mental fue validado por el estudio «Moss, Cook, Wesnes y Ducket» del año 2003, en el que se comprueba que su inhalación mejora significativamente el rendimiento de los factores de calidad de la memoria y la actividad de la memoria secundaria en los participantes del estudio.
Otro estudio de Mark Moss y Lorraine Oliver de la Universidad de Northumbria, de Newcastle, en el Reino Unido, identificó al 1,8-cineol, un compuesto del romero, como el agente potencialmente responsable de la mejora cognitiva y del ánimo.
Estos estudios hacen referencia a unos compuestos orgánicos naturales, llamados terpenos, que son unas pequeñas moléculas volátiles que posee el romero, las cuales pueden pasar al torrente sanguíneo a través de la mucosa nasal o pulmonar y llegar facilmente al cerebro, actuando sobre el mismo como receptores de la memoria y el sistemas de enzimas.
Así que siembre tu planta de romero en el jardín, en un tiesto o en el balcón y sigue la milenaria tradición de utilizarla como amuleto, colocándola debajo de la almohada, o simplemente oliendo sus ramos, como forma de protegerte de las pesadillas y también para aumentar tu capacidad de almacenar información y mejorar la memoria. También puedes aplicarte el aceite esencial de romero frotando sobre los puntos donde late el pulso o disfrutar de un sabroso té de romero para merendar.
El arte de la aromaterapia
Si deseas investigar más sobre esta maravillosa especie, que no solo sirve para la cocina, visita la página oficial de Robert Tisserand, cuya obra El arte de la aromaterapia, publicada en 1977 sobre el uso de los aceites esenciales es considerada como una de los mejores.
http://roberttisserand.com/2013/04/new-rosemary-memory-research/
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Para cultivarlo
Temperatura
El romero es una planta que se adapta bien a todas las temperaturas, aunque prefiere los climas cálidos y secos.
Sustrato
Crece de manera óptima en suelos calcáreos, secos y pedregosos. No soporta bien los suelos arcillosos y muy compactos que encharquen sus raíces.
Luz
Requiere una gran cantidad de luz, por lo que ya sea en maceta o en jardín, debe ser un rincón donde reciba luz abundante.
Riego
El romero requiere un riego moderado, nunca abundante. Aunque en la época de verano, y dependiendo de la climatología específica de la zona, deberemos regar más, pero sin encharcar jamás sus raíces.
Para sembrarlo
Mejor con esquejes
La manera más eficaz de conseguir que el romero crezca es plantando esquejes. Para ello, cortaremos una ramita, y eliminaremos todas sus hojas, dejando simplemente unas cuantas en al punta, y enterrando el tallo de la rama bastante profundo. Podemos hacerlo en cualquier momento del año.
Mejor trasplantar
A los dos meses ya habrán echado raíces y podremos trasplantarlas a la maceta o lugar del jardín donde queramos hacerla crecer.
Mejor bien drenado
La maceta o lugar del jardín donde vayas a colocar el romero debe estar bien drenada, pues no soporta el exceso de humedad.
Para cuidarlo
El romero no necesita fertilizantes, ya que es una planta muy resistente. Quizá, una vez al año, puedes añadir algún fertilizante orgánico.
La mejor forma de mantener fuerte el romero es ir podándolo según necesitemos utilizar sus ramas o eliminando aquellas que estén envejecidas o secas.
El uso de pesticidas y abonos químicos en el romero favorece la aparición de enfermedades bacterianas que acaban matando a la planta.
Es muy importante que no lo riegues en exceso.
Para recolectarlo
Puesto que el romero es una planta perenne, no es necesario esperar a una época en concreto para hacer la recolección. Puedes ir cortando ramitas cuando las necesites o vayas a consumirlas. Aunque también puedes utilizarlas para secarlas e ir utilizándolas a lo largo del año.
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