

Si nuestra mente se ve dominada por el enojo, desperdiciamos la mejor parte del cerebro humano: la sabiduría, la capacidad de discernir y decidir lo que esta bien o mal.

Si nuestra mente se ve dominada por el enojo, desperdiciamos la mejor parte del cerebro humano: la sabiduría, la capacidad de discernir y decidir lo que esta bien o mal.